jueves, 4 de diciembre de 2008

Residencia de la Tercera Edad Santa Teresa de Jesús de Muchamiel (Alicante)

Cuando dejamos a nuestros mayores en una residencia de ancianos, lo hacemos con la convicción de que, si bien, nunca se encontrarán como en su propia casa, al menos sí estaran atendidos y vivirán en un clima de atenciones y tranquilidad.

Esto está un poco lejos de la realidad. Tengo por vecinos a la residencia de la tercera edad Santa Teresa de Jesús de Muchamiel (Alicante). Esta residencia está en el campo. Yo ne he entrado jamás a sus instalaciones y por lo tanto no sé en las condiciones en que están los ancianos, pero presupongo que deben ser buenas, si no fuera así, supongo que las personas no dejarían allí a sus ancianos. Lo que sí sé que ocurre es que tienen un perro pastor alemán, que a tenor de sus ladridos bien podría ser el mítico King Kong. Este animal está todo el día encerrado en una jaula y por lo visto lo sueltan por la noche y todo el tiempo que está encerrado en la jaula lo pasa ladrando sin descanso. No hay nadie que lo haga callar. Empieza sobre las 7:30 de la mañana y no calla hasta que se hace de noche. Es totalmente desquiciante. No permite el descanso de los vecinos y por supuesto, el de los ancianos. Solemos oir a los pobre ancianos diciéndo "cállate ya", pero estas quejas caen en oidos sordos.

He presentado varias denuncias en el ayuntamiento con la firma de los vecinos de la calle. La respuesta obtenida por la policía local nos sorprende, dicen que han hecho varias vigilancias y que ese perro no ha ladrado.
Nos parece muy extraño que este perro no calle nunca y que justo cuando pasa la policía no ladre. Por otro lado, nadie ha visto que haya pasado la policía por allí (es una urbanización apartada y no solemos ver mucha vigilancia), ni siquira han ido a la residencia para comprobar las condiciones en las que está el animal, como bien nos han confirmado empleados de esta residencia, que nos han dicho que la policía sólo fue una vez para pedir a los dueños de la residencia, que no podían tener los dos caballos que tienen en otra finca cercana, bajo el sol y la lluvia sin refugio.

Pasa el tiempo y los vecinos seguimos sufriendo el martirio de los ladridos de ese perro y los pobres caballos siguen al aire libre sin tener un lugar donde refugiarse de la lluvia, del sol, etc. Si alguien que viva cerca lo quiere comprobar, estos caballos están en una finca con una casa verde horrorosa situada en la rotonda de la urbanización Ravel, cuando cogemos la carretera que sube al aeródromo.

Hace un año que nos venimos quejando y no hay nadie que haga nada y los vecinos nos preguntamos porqué esta gente goza de tanta impunidad y si sirve de algo que intentemos arreglar las cosas de la forma más cívica y legal posible.